Ejemplar de perfección
de toda virtud modelo:
Sed en todo desconsuelo,
Alfonso nuestro patrón.
De Ligorio en noble cuna
fue Nápoles vuestro oriente,
que en vos nobleza eminente
con la santidad se aduna:
de la gracia en posesión
entráis luego que del suelo.
Jesús, María dijeron
al momento vuestros labios,
que nunca en ellos resabios
de otro lenguaje cupieron,
a Dios diste el corazón
desde niño sin recelo.
Aunque como ángel voláis
de la virtud a la altura,
cilicios a la cintura
con rigor os aplicáis:
alas vuestro corazón
tiene para tanto vuelo.
de toda virtud modelo:
Sed en todo desconsuelo,
Alfonso nuestro patrón.
De Ligorio en noble cuna
fue Nápoles vuestro oriente,
que en vos nobleza eminente
con la santidad se aduna:
de la gracia en posesión
entráis luego que del suelo.
Jesús, María dijeron
al momento vuestros labios,
que nunca en ellos resabios
de otro lenguaje cupieron,
a Dios diste el corazón
desde niño sin recelo.
Aunque como ángel voláis
de la virtud a la altura,
cilicios a la cintura
con rigor os aplicáis:
alas vuestro corazón
tiene para tanto vuelo.
De Gonzaga imitador
fuisteis, ¡oh gran penitente!
y no menos inocente
amando siempre al Señor:
a María con fervor
amasteis, y con desvelo.
El don precioso pedisteis
de la santa castidad,
y de cualquier liviandad
a la menor sombra huisteis;
con todo en la confesión
¡Oh amargura y duelo!
De ángeles por el sustento
anhelabais fervoroso,
lo recibíais gozoso
con indecible contento:
ardía vuestro corazón
hecho un Etna, o Mongibelo.
En las ciencias Querubín
os mostrasteis estudiando,
y al Dios de amor contemplando
erais como un Serafín:
toma el cielo por blasón
que moréis mucho en el suelo.
De sacerdotes espejo
para que fueseis un día,
renunciáis la abogacía,
con muy prudente consejo:
buscabais la religión
con ansia, afán y anhelo.
Con angélico recato,
en el siglo retirado,
con vuestro Señor amado
era siempre vuestro trato:
erais de santa oración
a los jóvenes modelo.
De una nueva religión
Dios os quiso fundador,
que del pobre con fervor
cuidase la salvación:
desempeñáis la misión
con el mas ferviente celo.
Entre sabios eminentes
justo lugar ocupasteis:
huir a todos enseñasteis
de las ciencias pestilentes:
practicabais con tesón
lo que enseñabais con celo.
Al sagrado tribunal
asistíais con frecuencia;
librabais con vuestra ciencia
al pecador de su mal:
al puerto de salvación
lo llevabais con anhelo.
Las Esposas del Señor
llamaron vuestra atención;
la senda de perfección
las trazasteis con fervor:
¡que señal de salvación
caminarla con anhelo!
De Obispos por fiel dechado
el Señor os escogió,
y de gracias os llenó
para ser un buen Prelado:
muchos llevó a salvación
vuestro pastoral desvelo.
Un tránsito glorioso
terminó en fin vuestra vida;
la corona a vos debida
os dio el Señor bondadoso:
con eterna consolación
de ella gozáis en el cielo.
En 1775, Monseñor Alfonso María de Ligorio contrajo artrosis cervical progresiva, y es por ello,
fuisteis, ¡oh gran penitente!
y no menos inocente
amando siempre al Señor:
a María con fervor
amasteis, y con desvelo.
El don precioso pedisteis
de la santa castidad,
y de cualquier liviandad
a la menor sombra huisteis;
con todo en la confesión
¡Oh amargura y duelo!
De ángeles por el sustento
anhelabais fervoroso,
lo recibíais gozoso
con indecible contento:
ardía vuestro corazón
hecho un Etna, o Mongibelo.
En las ciencias Querubín
os mostrasteis estudiando,
y al Dios de amor contemplando
erais como un Serafín:
toma el cielo por blasón
que moréis mucho en el suelo.
De sacerdotes espejo
para que fueseis un día,
renunciáis la abogacía,
con muy prudente consejo:
buscabais la religión
con ansia, afán y anhelo.
Con angélico recato,
en el siglo retirado,
con vuestro Señor amado
era siempre vuestro trato:
erais de santa oración
a los jóvenes modelo.
De una nueva religión
Dios os quiso fundador,
que del pobre con fervor
cuidase la salvación:
desempeñáis la misión
con el mas ferviente celo.
Entre sabios eminentes
justo lugar ocupasteis:
huir a todos enseñasteis
de las ciencias pestilentes:
practicabais con tesón
lo que enseñabais con celo.
Al sagrado tribunal
asistíais con frecuencia;
librabais con vuestra ciencia
al pecador de su mal:
al puerto de salvación
lo llevabais con anhelo.
Las Esposas del Señor
llamaron vuestra atención;
la senda de perfección
las trazasteis con fervor:
¡que señal de salvación
caminarla con anhelo!
De Obispos por fiel dechado
el Señor os escogió,
y de gracias os llenó
para ser un buen Prelado:
muchos llevó a salvación
vuestro pastoral desvelo.
Un tránsito glorioso
terminó en fin vuestra vida;
la corona a vos debida
os dio el Señor bondadoso:
con eterna consolación
de ella gozáis en el cielo.
En 1775, Monseñor Alfonso María de Ligorio contrajo artrosis cervical progresiva, y es por ello,
patrón enfermos de artrosis.
Pidiéndole con mucha fe al santo,
es seguro que concederá sus favores
a estos enfermos que como él, tanto sufren.
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