Con planta virginal y delicada
Doncella Hermosa como el Sol radiante
venciste, fuerte, en el primer instante
de Satanás la formidable espada
Fiera lucha de honor quedó empeñada
y siempre Tu poder quedó triunfante;
de Luzbel la cervíz fiera arrogante
al peso de tu pie quedó humillada
Hoy se anima de nuevo su energía
y pretende perder a los humanos
y en tus hijos vengar, Virgen María
de su pecho el rencor y el odio insano
más siempre será inútil su porfía
porque Tú eres el Auxilio del Cristiano.
Nada temo contigo en mi camino,
pues María Auxiliadora
siempre estarás conmigo.
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